El niño no es solamente un cuerpo al que hay que alimentar, o un recipiente en el que hay que depositar contenidos y conceptos, es un conjunto de conexiones neuronales en plena efervescencia y cuanto mayor sea el número entre ellas, mayor abanico de posibilidades en cuanto a capacidades, actitudes y emociones, tendrá en sus manos, cuando al finalizar los 24 meses, haya adquirido los 4 niveles de atención, necesarios para sus años posteriores, tener la capacidad de concentración y estudio. En 0-3 años se forma la estructura de la personalidad del niño, por esto trabajamos con un ratio muy reducido y en grupo mixto, porque la capacidad de inteligencia no se rige por la edad, sino por las vivencias en los primeros 24 meses de vida, espacio y libertad de movimiento de Emmi Pikler.